domingo, octubre 23, 2005

Vómitos de alguien como yo (I parte)

Para mí escribir fue importante en una época donde no era capaz de decir lo que sucedía, donde mi más íntima explosión se producía sobre en un papel que me resistía a guardar por mucho tiempo porque, simplemente, no era tan valiente para releerlo.

Sin embargo, ayer volví a escribir porque necesitaba desahogarme. Pensé entonces, que sería bueno descargar mi dolor sobre su conciencia. Pero ya no estoy segura que exista tal cosa en tal alma. Borré su nombre y vomité hacia adentro: con la esperanza de que aquel fin podía ser mi comienzo.

Garabatié algunas palabras, formaron frases incoherentes y unas pocas tomaron sentido. Yo sólo escribía... vomitaba mi rabia, mi dolor, mis ansias, mis temores e ilusiones....

Desde lejos estuve viéndome caer y dejé que sucediera: no necesitaba más engaños. ¿Estaba muiriendo o renanciendo en aquellos instantes?

De repente la caída cesó y lloré, asumí lo que ya sabía: que debía dejar de mentirme, sólo entonces leí... y cuando terminaba la última línea me escuché diciendo "entendí".

El amor es irónico más que ciego porque te deja los sentidos abiertos para que veas lo superfluo, pero te vuela el juicio para que no veas lo que importa.

Necesito seguir vomitando y ya no deseo hacerlo a la nada... pero la nada es lo único real que existe en esta muerte.
Lita