domingo, octubre 23, 2005

Vómitos de alguien como yo (II parte)

La mitad de tus versos me destruyen,
aquellas sutiles palabras susurraban.
Yo no quise escucharlas.

La mitad de tus versos aman la muerte,
comentan, confiesan y profetizan.
Yo sólo leí lo que anhelaba.

La mitad de tus versos me llevan a la muerte,
toman mi mano y me encaminan.
Yo sólo leí lo que quise.

Tus culpas son mis miedos.

Preferí mentirme para amarte,
no vendé mis ojos sino a mi instinto
y distraje a mi ángel guardián.

Abrir mis ojos ya no sirve, ¡estoy despierta!
estoy atrapada dentro de mí y tengo miedo.
mi pesadilla ahora puede ser real.

Aquel fantasma huye del mundo onírico,
se reencuentra con su más débil víctima
donde su puñal sí puede matarla.

Debo morir antes para no sentir el miedo y mi muerte.
Los recuerdos existen como algo inexistente,
ya nada es claro.

No lo comprendí antes... ¿acaso lo hago ahora?
Maldito tú por cobarde y maldita yo por cegarme!

"Estamos sucios"...
no fue la peor súplica, fue tu confesión.