domingo, noviembre 13, 2005

¿Intentar no soñar?

Anoche escuché a una persona decirme cosas tan preciosas que mientras hablaba no fui capaz de seguir mirando sus ojos, bajé la cabeza intentando entender qué sucedía. Siempre soñé con escuchar una mínima parte de todo lo que en ese momento estaba recibiendo. No lograba asimilar, todas aquellas palabras rayaban en la utopía de un cuento de hadas, algo tan mágico y bello que no podría ser real.
He deseado encontrar a alguien sin rostro para preocuparme por él, para extrañarlo y quererlo. Para soñar con él no el fin de semana que viene sino la vida que nos desafía. Pero mis miedos son más fuertes que esas mismas ganas a la hora de intentarlo.
Necesito saber dónde estoy parada, necesito ser fuerte pero mientras más lo intento más vulnerable me he vuelto. Necesito bajarle el perfil a cada cosa buena que me sucede para que si no resulta el golpe no duela demasiado. Debo hacerlo porque me apasiona cada cosa que hago en mi vida: ser madre, profe, amiga, hija... y en cada intento empeño mi corazón y apostar sin garantías es como saltar al vacío. Creer sólo porque sí a estas alturas es más estupidez que ingenuidad y no quiero sufrir: tan simple, cursi y xanta como eso.
Desde el momento en que empezamos a creer, empezamos a sentir cosas. Y es mi mal confiar y luego querer en quienes mienten bien.
Vomitar y arrancar o digerir y quedarme, he ahí la cuestión! Intentar no soñar y sólo carpe diem parece ser la solución pero no la que me pertenece.
En el fondo mis ansias por soñar me superan, y por eso pido una señal tal como la he recibido toda esta semana, no quiero que se desvanezca pero tampoco me cegaré.
LITA