miércoles, diciembre 16, 2009

No más...

Hace años no leía un blogg, posteando a un viejo escritor me di cuenta de cuánto me gusta leer historias, cuentos, poesía, vivencias... qué me pasó en estos años? mi última publicación fue cuando estaba por casarme y  hoy la borré.

Han pasado tres años desde eso. Sé que estas letras no las lee nadie a quien conozca y eso me hace bien,  En fin, como dicen los músicos "y este tema dice así":

Sospeché de su forma de ser antes de casarme y seguí adelante cobardemente con los preparativos, no podía echarme para atrás ante tanto compromiso social: una mierda que hoy igual debo vivir.

Los meses siguientes al matrimonio empezó a cambiar: no pude salir nunca más sola, dejé el fútbol que tanto me gusta, no podía invitar a mis amigas a verme al principio porque él no me dejaba sola con ellas ni pa copuchar un rato, después porque eran "mala influencia para mi", las salidas de mi hijo a casa de sus abuelos con quienes vivió sus primeros cuatro años las restringió, al tiempo las desiciones con respecto a él ya no pasaban por mi.  Con el paso de los meses el control sobre mi era algo obsesivo:  revisaba mi celular y mi saldo de dinero para comprobar que nadie me llamara y que yo tampoco lo hiciera, sólo salía para ir a mi trabajo con unos escasos 15 minutos para llegar a casa, cualquier minuto adicional era signo de que a lago malo podría estar haciendo yo, aunque eso algo malo significara que uno de mis alumnos se calló a la salida y me quedé a cuidarlo mientras llegaba su madre. Pero en eso él también ganó y se las ingenió para hablar con mi jefe y a eso agreguémosle mis molestias por el stress en el que vivía (las discusiones eran extenuantes, algo cotidiano por cualquier cosa) y fueron suficientes para darme licencia durante todo mi embarazo.


En aquel tiempo embarazada fue peor, no podía salir de mi casa ni para ver a mis padres aunque sólo vivieran a 10 minutos, los desmayos eran comunes, terminé en una psicóloga... luego fueron más de uno y finalmente siquiatra. Las cuentas, mi sueldo, mi familia, mis amigos, la casa, mi hijo: todo pasaba por él. Mi vida no era mía, era la continuación de su voluntad y me dolía ver que mi hijo también le temían pero yo ya no tenía la fuerza para defenderlo como lo hacía en un principio porque me di cuenta que cada vez que intercedía por él después habían castigos para mi niño de seis años.

Las personas que conocen mi personalidad no entienden cómo me pudo pasar a mi todo esto.... en más de una vez intenté alzar mi voz para decir algo pero empezó a haber un gesto violento y me callaba, al tiempo quise alzar mi voz de nuevo para decir que no estaba de acuerdo en como estaba viviendo esa "vida familiar de casada" (así la llamaba él) y hubo un empujón, un tirón de pelo, hasta que hubo todo menos una discusión con una persona normal.  No existía respeto sólo miedo de él y de lo que podía hacerme a mi o a los niños. Me quedé callada y aguanté como si alguien fuera a arreglar eso por mi.

Tenía crisis continuamente de pánico eran terribles, ataques de pánico, llantos descontrolados, demayos, taquicardia, a veces no podía respirar... y perdía el conocimiento y despertaba desnuda no sé por qué....


Mi hijo mayor se alejó de mi porque yo no era más que la causante de los problemas, me vio postrada en una cama durante meses y sólo me levantaba cuando venía alguien o él ordenaba salir, pero si yo habría la boca para decir que algo no me parecía él me trataba mal y empezaban las discusiones.  Mi hijo se encerraba en su pieza y de ahí oía como me lanzaba a un lado y a otro.... por Dios!!!! cuántas veces escuchó cuando yo le decía que fuera a pedir ayuda o suplicarle a mi marido que me soltara mientras el bebé lloraba en su cuna.

Recuerdo una vez que mi hijo salió de su pieza por los golpes y gritos que escuchaba y se encontró con él tirándome a la muralla de golpe con varios meses de embarazo... corrió al baño a vomitar sólo... tenía 6 años entonces... no debió pagar jamás por mi mala elección.



Gritos, golpes, manotones, cuántos empujones aún estando embarazada, las veces que en sus manos quedó mi pelo después de que me arrastró por el pasillo de la casa, malos tratos, como si fuese una cualquiera aún sabiendo que no podía ir a comprar literalmente el pan sin su venia, arranques de celos hasta por mi familia, impedimentos para saludar a mis hijos o para hacerle un pan o darle una fruta, prohibiciones de todo tipo con respecto a todo, cuántos objetos rotos en casa cuando andaba con rabia, discimular derrames de sangre en los ojos, moretones en mi cuerpo y escuchar las promesas de siempre que él iba a cambiar.

Por un tiempo perdí a mis hijos, a mis padres y a mi hermano, perdí a mis amigos, perdí mi norte y mis convicciones y por poco pierdo mi vida cuando me vi sin nada: sin trabajo, mi familia alejada, mis amigos no me hablaban (hace poco llegué a saber que cuando llamaron amenazó con que yo la iba a pasar mal si intentaban comunicarse conmigo).

Hasta que un día llegó mi madre a verme porquee no podía comunicarse conmigo... llevaba dos días durmiendo después de una tira de pastillas y un par de golpes e insultos que me había dado de borracho. Me levanté con la excusa de que iría a comprar pan con mi mamá, cuando salí de casa le pedí a mi madre que me acompañara a hacer algo.  El resto del cuento es: carabineros, constatación de lesiones, llamar a papá para que fuera a buscarnos a mis hijos y a mi y un par de bolsos.

Salí de esa casa con la angustia de no saber qué hacer, sin siquiera saber quién era yo ahora, con brazos, piernas y rostro en morado, no era primera vez, sólo que esa vez fue cierto cuando dije NO MÁS.   ¿Saben cuál fue la diferencia entre esa vez y las otras? que a los dos días cuando desperté después de esa pelea mi hijo me dijo "Mami sabes que no tienes que decirle nada a mi papá cuando está curao porque sabes que te reta". Y yo me pregunté ¿porqué mi hijo piensa que debo aguantar eso? Y la respuesta estaba ahí: porque es lo que yo aguanté durante esos años y mi niño estaba comenzando a creer que eso era lo correcto.

Lloré mucho y a veces me duele recordar todo lo que hice sufrir a mis  hijos y mi familia.  Quiero ser fuerte, lo que no fui antes...